Este Domingo

Domingo de Ramos 03-24-2024

La lectura bíblica en el evangelio para este domingo está en Marcos 11:1-11

Este domingo es el ultimo de la temporada de Cuaresma. Aunque lo llamamos Domingo de Ramos, también es el comienzo de la Semana Santa.  Esta semana es la más hermosa y la más importante del año en la Iglesia Cristiana. Es el drama de nuestra salvación y de nuestra vida. Recordamos la última semana de Jesús en Jerusalén antes de su crucifixión. Tómese un momento para examinar lo que realmente sucede desde el Domingo de Ramos hasta el Viernes Santo.  Las lecturas del Evangelio para el domingo son un poco diferentes. A diferencia de otros domingos, existe la opción de ir en dos direcciones diferentes. Podemos optar por observar el Domingo de Ramos, que es la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén y toda la procesión, Hosannas y glorias o podemos optar por celebrar el Domingo de Pasión, que traslada la historia de la muerte de Jesús hasta el presente.

Marcos 14:1-15:47 (o 15:1-39) es la narración de la pasión de Marcos. El relato de Marcos casi tiene la calidad de un borrador, o mejor aún, de un relato anotado en una servilleta antes de que pueda ser olvidado. Marcos comienza esta sección con la mujer con la vasija de alabastro. Si estuvieras leyendo o escuchándolo este texto por primera vez, es posible que la historia no parezca importante. Pero a medida que la narración avanza a través de los capítulos 14 y 15, las acciones de la mujer adquirieron más y más significado, hasta que todo el peso de su unción al Señor se hace claro. Lo mismo con Judas. Sus acciones y propósitos se destacan y le da al lector primerizo una sensación de cuestionamiento sobre la razón de su traición.  Y luego consideremos Marcos 14:51. ¿Qué le pasa a ese hombre? ¿Por qué se le menciona, con detalles tan precisos y vergonzosos? ¿Cuál es nuestro punto de vista sobre esta historia? ¿Dónde encajamos, aunque solo sea en un rincón? ¿Dónde está nuestro lugar en la narracion?

Marcos 11:1-11 es la narración de las Palmas de Marcos. Cuando Jesús llega a Jerusalén, parece tener el control desde el principio. Sabe lo que hay que hacer y dirige la acción. Envía a sus amigos a conseguir todo lo que necesita. Se nos dice que Jesús entró en Jerusalén montado en un burro y que la multitud estaba muy emocionada de verlo. La gente agitaba ramas y gritaba: “¡Hosanna! ¡Viva Jesús!”. ¡Hijo de David! Todo parece ser muy festivo y alegre.  Lo trataron como a un rey, pero no como el Rey que esperaban. Jesús tampoco era muy popular. A algunos de los líderes no les gustaba las cosas que Jesús había estado enseñando y haciendo. ¿Qué pasó después de la llegada de Jesús a Jerusalén? A medida que avanza la semana, comienza a desarrollarse una agenda política y religiosa.  Manipulaciones, las falsas declaraciones contra Jesús se desarrollan progresivamente y empeora la situación. Todo lo que era una alegre celebración comienza a desvanecerse. De acuerdo con algunas interpretaciones de este pasaje del Nuevo Testamento, el desfile de Jesús en burro fue una burla escenificada.  Fue un acto de teatro político, una manifestación para burlarse de la excesiva pompa del Imperio Romano. Algunos argumentan que dos procesiones entraron en Jerusalén en ese primer Domingo de Ramos. La de Jesús no fue la única Entrada Triunfal. Cada año, Pilato, el gobernador romano de Judea, cabalgaba hasta Jerusalén desde su residencia a orillas del mar en el oeste para estar presente en la ciudad para la fiesta judía de la Pascua. Jerusalén estaba repleta de peregrinos. El gobernador entraba con toda su majestad imperial para recordar a los peregrinos judíos que Roma estaba a cargo. Mientras Pilato subía en su caballo a Jerusalén desde el oeste, Jesús se acercó a Jerusalén desde el este sentado en un burro. La de Jesús fue la procesión de las personas oprimidas, de aquellas personas sin voz, de las mujeres, de los niños, de los indigentes, de los menos favorecidos de Jerusalén. A veces, me preocupa si nos estamos perdiendo el verdadero mensaje del Domingo de Ramos. Debemos recordar que entre el Domingo de Ramos y la Pascua está la cruz. Y entre la Ascensión de Jesús y Su regreso está el mundo violento y turbulento en el que vivimos. Dos procesiones.  Dos reinos.  Dos desfiles en Jerusalén.  ¿Semental o burro?  ¿Emperador o salvador?  ¿Cuál es nuestra elección? Hermanas y Hermanos en Cristo, solo hay un Rey en el desfile. Démosle la bienvenida esta semana gritando, ¡hosanna al Rey, ven a salvarnos!  Bienaventurado el que viene a morir para que podamos vivir.  ¡Amén!

Como todos los domingos nuestro servicio es a las 2:30 pm. ¡Les esperamos!

Amado Dios, gracias por tu amor y por enviar a tu Hijo Jesús para salvarnos y para mostrarnos el camino de regreso a Ti. Bendito el que viene en el nombre de Dios. Amén!

 Estaremos orando por Ud. y por su familia. Por favor, inclúyanos también en sus oraciones.